La media de edad de diagnóstico de la enfermedad inflamatoria intestinal se sitúa alrededor de los 30 años. Actualmente, la mitad de los pacientes son adultos jóvenes entre 20 y 39 años y un 25% inician el proceso inflamatorio antes de los 20 años. Es decir, para gran parte de la personas con colitis ulcerosa o crohn, la enfermedad aparece en una etapa de cambios en su desarrollo personal y profesional, en una edad en la que la mayoría tiene que elegir como orientar su educación o su vida laboral.
En un contexto socio laboral tan complejo como el que a día de hoy se da en nuestro país, los pacientes con EII tenemos que añadir las limitaciones que la enfermedad nos genera o nos puede generar en el puesto de trabajo. Algo que puede convertir la búsqueda de empleo, la estabilidad laboral y la promoción profesional en grandes hazañas
A veces, nos guste o no, la enfermedad se nos impone en esta toma de decisiones vitales y nos hace elegir una profesión determinada o nos obliga a hacer grandes esfuerzos para mantener un puesto de trabajo.
Los factores ambientales del puesto de trabajo pueden influir en la EII.
Aunque este es un tema que se tiene que estudiar de forma más exhaustiva parece que hay algunos factores que claramente influyen en el desarrollo de la EII:
- La exposición a los químicos. Hay estudios que determinan que puede haber una prevalencia más alta de la enfermedad en profesiones que tienen contacto con determinados químicos como, por ejemplo, el personal sanitario, peluqueros, pintores o mecánicos.
- Sedentarismo y la luz artificial. Los empleos que no requieren un ejercicio físico, los que se realizan con luz artificial o con turnos cambiantes puede que tampoco sean los más recomendables para una persona con EII. Parece ser que el trabajar en la cadena de montaje de una fábrica, sentado delante del ordenador o en una peluquería es peor que trabajar al aire libre con unas funciones que requieran moverse porque se recibe menos luz solar y esto predispone a desarrollar la enfermedad.
En cambio, aunque el estrés produce una respuesta fisiológica que puede influir en la EII y que las profesiones estresantes se han descrito como perjudiciales para la salud, no se puede decir que haya una relación directa entre un trabajo estresante y que la enfermedad empeore ya que puede depender de cómo la persona afronta la situación, de sus experiencias vitales y de sus recursos personales. Quizás una mujer con una EII que es secretaría de dirección en una importante empresa tenga una jornada laboral vertiginosa, con una agenda apretada, imprevistos y responsabilidades y, aun así, se sienta feliz y tranquila porque su trabajo le gusta, le motiva y tiene recursos psicológicos suficientes para lograr un equilibrio emocional; algo que puede ser impensable para otros pacientes que asocian el estrés con tener un brote.
Por otro lado, los pacientes ostomizados tienen menos absentismo laboral que el resto de los pacientes.
Todavía faltan estudios para conocer mejor sobre cuáles pueden ser las profesiones más adecuadas para las personas con EII ya que no cabe duda de que son muchas las variables a tener en cuenta.
Lo que sí sabemos es que muchas de las personas afectadas por el crohn o la colitis ulcerosa ven limitada su vida laboral (con las repercusiones que esto puede tener en su economía y su vida personal)y que las administraciones públicas, los médicos especialistas en EII, las empresas junto con los propios pacientes tenemos que actuar y desarrollar desde una perspectiva innovadora unas medidas que permitan el desempeño de un trabajo de forma saludable para las personas con EII.
Referencias bibliográficas:
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Schreiner P, Biedermann L, Rossel J, Rogler G, Pittet V, von Känel R Prevalence and Determinants of Job Stress in Patients with Inflammatory Bowel Disease Inflammatory Bowel Diseases vol: 23 (2) pp: 310-317 (2017)
Fuente: ACCU España 24/02/2017